29 enero 2007

Estoy deprimida.

Queridos lectores, queridos hermanos, hijos del Dios y la Diosa:

No sé si este post será muy leído, probablemente no. Pero es que me siento fatal. Y no sé si debería escribirlo en mi blog de wicca. Pero ya estoy en ello y no puedo frenar.

Estoy cansada.

Cansada de aguantar críticas.

Mis padres saben desde hace años que soy wicca. Pero todavía continúan machacándome.

Hoy a mi madre "le apeteció" criticar a los wiccanos. Sabe que el viernes voy a celebrar imbolc. Y que por primera vez, no voy a celebrarlo sola.

Dice que ella tiene referencias de una persona que sabe de estos temas de que wicca es una secta. De todas formas, ya empiezo a pensar que el susodicho/a ni existe. Y si existe, es tan valiente que no es capaz de dar la cara.

Y no solo eso, ahora se le da por decir que en Imbolc nos vamos a emborrachar, drogar, que vamos a montar orgías y demás.

Ya estoy harta. Seré bruja, pero tengo mis sentimientos, mi paciencia y mis límites. Tengo conciencia propia. Y estoy harta de que mis padres sigan en este plan cuando en teoría ya tenían claro lo que era.

Si fueran capaces de ver a Hécate, o a Cerridwen removiendo en su caldero, y se vieran reflejados dentro, se habrían callado. Si hubieran entendido que a veces cuando me enfado con una persona le pasa algo después malo sin poder evitarlo (no grave, por fortuna) se habrían callado. Pero es más fácil criticar, ¿verdad?
 
Contrato Coloriuris