Queridos lectores, queridos hermanos, hijos del Dios y la Diosa:
No sé si este post será muy leído, probablemente no. Pero es que me siento fatal. Y no sé si debería escribirlo en mi blog de wicca. Pero ya estoy en ello y no puedo frenar.
Estoy cansada.
Cansada de aguantar críticas.
Mis padres saben desde hace años que soy wicca. Pero todavía continúan machacándome.
Hoy a mi madre "le apeteció" criticar a los wiccanos. Sabe que el viernes voy a celebrar imbolc. Y que por primera vez, no voy a celebrarlo sola.
Dice que ella tiene referencias de una persona que sabe de estos temas de que wicca es una secta. De todas formas, ya empiezo a pensar que el susodicho/a ni existe. Y si existe, es tan valiente que no es capaz de dar la cara.
Y no solo eso, ahora se le da por decir que en Imbolc nos vamos a emborrachar, drogar, que vamos a montar orgías y demás.
Ya estoy harta. Seré bruja, pero tengo mis sentimientos, mi paciencia y mis límites. Tengo conciencia propia. Y estoy harta de que mis padres sigan en este plan cuando en teoría ya tenían claro lo que era.
Si fueran capaces de ver a Hécate, o a Cerridwen removiendo en su caldero, y se vieran reflejados dentro, se habrían callado. Si hubieran entendido que a veces cuando me enfado con una persona le pasa algo después malo sin poder evitarlo (no grave, por fortuna) se habrían callado. Pero es más fácil criticar, ¿verdad?
29 enero 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)